Argentina va perdiendo las normas democráticas


Ser liberal implica, entre otras cosas, respetar las normas democráticas aunque se haya ganado con amplia diferencia las elecciones.

En varios países de latinoamérica como Venezuela, Ecuador, Bolivia y Argentina sus gobernantes creen que pueden gobernar saltando por sobre las reglas y normas democráticas.

Adoran luchar encarnizadamente para acallar la voz de la prensa, transformándose lentamente en pequeños tiranos que luego pasan a dejar de responder por sus actividades gubernamentales y rápidamente pasan a monopolizar la verdad absoluta, pretendiendo dirigir la vida de los ciudadanos.

Hoy en día la sociedad hace oídos sordos a los valores que los gobiernos autoritarios dicen defender y sin embargo atacan permanentemente: derechos individuales, la dignidad de las personas, la libertad, y entender que la concepción filosófica que hizo posible a la democracia es liberal; por eso, la limitación del poder es condición necesaria para combatir estos excesos.

Lo decisivo en una democracia es la posibilidad de destituir al gobierno sin derramamiento de sangre, por medio del voto; y todo gobierno que puede ser derrocado conserva un fuerte estímulo para actuar de manera que satisfaga a la gente; pero ese estimulo desaparece cuando el gobierno sabe que no se lo puede destituir fácilmente. Ésta es la raíz de que los gobiernos de Ecuador, Bolivia, Venezuela y Argentina intentan perpetuarse en el poder, debilitan los pilares de la democracia: la opinión pública, la prensa y el sistema de partidos.

Llegados al poder cambian la filosofía liberal de la democracia por una nacional-socialista, intervencionista y estatista llevando a la economía a los viejos esquemas, donde las empresas operan aisladas de la competencia y con restricciones a la importación y a la exportación sofocando la iniciativa privada.

La opinión pública debe estar institucionalizada y no permitir la modalidad de los gobernantes que monopolizan el micrófono, y en clara actitud antisocrática, pretenden saberlo y explicarlo todo para convertir en dóciles ovejas a los ciudadanos y manipularlos a su antojo mediante el Estado de Bienestar que opaca la libertad y la creatividad humana mientras se espera todo del Estado. Por este camino se llega muy rápido a la dictadura y a la pérdida más importante: la libertad.

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