Ya se conocía que la ultraderechista dictadura argentina (1976-1983) y el régimen socialista cubano se llevaron de maravilla. Pero ahora por primera vez han salido a la luz los documentos oficiales y secretos que certifican ese 'romance'.
La web Desclasificación del ministerio argentino de Exteriores ha publicado 70 oficios de la embajada en La Habana que prueban el apoyo recíproco entre dos regímenes en teoría opuestos en lo ideológico.
La mayoría están firmados por el embajador argentino Raúl Medina Muñoz. Y se refieren, por ejemplo, al apoyo de Jorge Videla a Fidel Castro en la ONU para que Cuba ingrese al Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
A cambio, La Habana apoyó a Argentina para que fuese reelegida en el Consejo Económico y Social de la ONU (ECOSOC).
Pese a que Cuba impulsó la guerrilla en Argentina desde los años 60, con el 'Che' Guevara entre otros, nunca alzó su voz contra la guerra sucia con que la dictadura de Videla secuestró e hizo desaparecer a esos guerrilleros, arrojándolos vivos al mar en los denominados 'vuelos de la muerte'.
Los representantes de Castro en el Comité de Derechos Humanos de la ONU, con sede en Ginebra, jamás votaron las resoluciones de denuncia a la dictadura de Videla. Y los argentinos devolvieron la gentileza absteniéndose de votar contra Cuba.
Incluso Fidel Castro ofreció a los militares argentinos material bélico y tropas para sumarse a la delirante Guerra de las Malvinas que Argentina perdió contra Gran Bretaña por la posesión del archipiélago austral. Gadafi sí entregó armas.
La 'realpolitik' de Cuba se explica en actuaba en Latinoamérica como satélite de la URSS. Y seguía en las relaciones diplomáticas a los soviéticos, que se entendían con Buenos Aires y eran el primer comprador de cereales.
Desde 2003 los Kirchner mantienen relaciones cordiales con Cuba. La presidente Cristina Fernández visitó La Habana en 2009 y pidió ser recibida por Castro. "Lo considero una distinción a todo el pueblo argentino. Él ama profundamente a la Argentina y a los argentinos", declaró entonces.
Para el ministro argentino de Exteriores, Héctor Timerman, el régimen del país caribeño debía incluirse entre "los países dictatoriales" e incluso definió como "presos políticos" a los disidentes apresados. Esa al menor era su opinión hasta 2010, cuando aún no era funcionario y trabajaba de periodista.
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